21 de julio de 2020

COLOMBIA, UN PAÍS ANÓXICO.



A lo largo de la historia del pueblo colombiano hemos vivimos gobernados por los mismos colonizadores y sus descendientes, estas familias en su sangre llevan sed de avaricia, venganza, violencia y represión, esto lo hacen con el fin de conseguir beneficios particulares y siempre han dejado de lado, las verdaderas necesidades de nuestro país. 

Somos hoy en un día un país anóxico, porque lo que nos da vida como país, lo saquean nuestros dirigentes, los grandes doctores y eminencias se roban anualmente un promedio de 50 billones de pesos; lo que hace a Colombia el cuarto país más desigual del mundo (según el índice Gini). Lo más curioso en este caso, es que el mismo pueblo es quien elige a aquellos que los desangra, por generaciones familias enteras se perpetúan en el poder, y de esa forma se convierten en una especia de villanos “salvadores” (villanos: porque son los que más han robado nuestro país, salvadores: porque los elegimos una y otra vez con la esperanza que resuelvan nuestras problemáticas). 

Desde mi forma de entender dicha situación, en Colombia la corrupción se viene dando en mayor proporción desde 1948, donde ocurrió el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, acto que generó la creación de un movimiento armado, para vengar la muerte del caudillo. Fue en ese justo momento que el país se dividió, entre, los que estaban a favor de esa venganza y los que no. Causalmente en años siguientes en la capital se crearon 2 equipos de fútbol, uno rojo y otro azul, otra estrategia de división, ahora con pasiones deportivas de por medio. 

Es sabido que un pueblo dividido es muy fácil de gobernar, entre los compatriotas no hay acuerdos, hay una permanente división y enfrentamiento por demostrar que partido político ha dirigido mejor el pueblo, de esta manera los dirigentes aprovechan esa situación para seguir robando y seguir realizando obras a medias. 

En la actualidad vivimos aún más divididos, nos gobierna un señor sin la mínima experiencia en estos cargos, y la oposición es lidera por alguien que tiene la experiencia, pero sus votos no alcanzaron para postularlo en el poder máximo. El tema en este enfrentamiento es que la oposición acá en Colombia se hace pasar por un grupo de personas luchadoras y defensoras de los derechos humanos, que por ese perfil que tienen no cuentan con los recursos para poder conseguir la votación necesaria para llegar a la presidencia. Mientras que quien gobierna llegó con ayuda económica de diferentes sectores del país con gran poder adquisitivo, aparte quien nos dirige como presidente fue postulado por esos personajes que se han perpetuado en el poder, (acá los nombres no importan, analicemos el patrón de comportamiento, es el que se repite en cada país), sabemos que desde hace tiempo la política perdió su esencia y es vivida y gozada por quien cuenta con los recursos suficientes para manipular y comprar votos. 

En el discurso político actual se dice que no existen posiciones centralistas que demos escoger sólo entre las posturas que hay estipuladas, o eres de izquierda o de derecha. Discurso que evidentemente promueve aún más la división. Es por esto que seguimos normal en nuestras vidas, cuando vemos que se roban 50 billones de pesos al año, cuando vemos que somos el cuarto país con mayor desigualdad del mundo. 

Nosotros como pueblo debemos es recobrar nuestra identidad, Colombia es un país rico en agua, tierras, minerales y esto es sinónimo de riqueza, en nuestro país no debería haber hambre, no deberíamos tener uno de los salarios más bajos de Latinoamérica, deberíamos ser pilares en infraestructura, (vías, escuelas, universidades, hospitales, etc.). Pero en medio de esta problemática, ¿qué pasa con los que no nos sentimos identificados con las posturas de izquierda y de derecha que gobiernan? ¿Somos la minoría y por eso no deberíamos tener voz ni voto? Somos la minoría, SÍ y debemos hacernos sentir, con nuestras acciones, nada ganamos con enfrentamientos permanentes, un punto de vista no es impuesto, el punto de vista es adquirido y eso se hace de forma personal; en la medida que vayamos recobrando nuestra identidad como colombianos estoy seguro que cada día seremos más lo que pensamos diferentes, y como somos la minoría nuestras acciones deben marcar la diferencia. 

Acciones como saber vivir en Comunidad = Común unidad, ser justo y equitativos a la hora de emplear, ser honestos y transparentes a la hora de realizar un trabajo, tener plena consciencia que el enfrentamiento por hacer prevalecer mi punto de vista, lo que genera es división y nuestros actos deben ir vestidos de equidad para poder generar la unión. Nada hacemos demostrando lo mal que nos están gobernando, sino tenemos una propuesta para mejorar dicha situación. Entender que las acciones no deben ir acompañadas de dinero para hacerlas realidad, las acciones deben ir acompañadas de trabajo, de esa manera se logran consolidar ideas, en la medida en que vayamos ejecutando nuestras acciones, vamos a ir encontrándonos con personas que hacen lo mismo y así es que se genera una verdadera fuerza de transformación, colocando nuestra voluntad en una acción colectiva. 

Esta situación pasa en mi país, pero es una radiografía que se repite en cada rincón de la tierra; con este escrito no se va acabar la corrupción, tampoco acabaré con la desigualdad, lo que sí va a pasar es que se generará en cada uno de ustedes una pequeña reflexión que los hará tomar unas buenas decisiones, y éstas deben ir acompañadas de una gran voluntad para que logremos ir sumando fuerzas y así ir gestando ese mundo mejor, que en algún momento entre muchos que unamos fuerzas, vamos a ver nacer. Recordemos siempre esta ley universal… 

“El corazón manda, el cuerpo ejecuta y el mundo obedece” 

JUAN MANUEL POMBO CAMPO

2 de julio de 2020

"EL Confinamiento es la ESTAFA sanitaria del siglo XXI", lo asegura el Biólogo M. Zelmat en un artículo científico.



2 de junio de 2020 

En un demoledor artículo científico el biólogo francés M. Zelmat pide que los funcionarios de la OMS y del Imperial College de Londres sean interrogados y, si es necesario, juzgados por imponer el confinamiento al mundo (*). 

El confinamiento no es una medida apropiada para el tratamiento del coronavirus, añade. 

El científico, que trabaja en el laboratorio de Biología Clínica del Hospital Center, ha publicado sus conclusiones en “Evidence Based Medicine”, aunque también se han presentado al British Medical Journal y están pendientes de revisión. 

Según Zelmat, la tasa de mortalidad del coronavirus es cercana o incluso inferior a la de la gripe. Según la evidencia científica existente, el virus es benigno, el 99 por ciento de los pacientes se recupera y el 85 por ciento se ve afectado por una forma benigna, sin contar las formas asintomáticas, que alcanzan entre el 80 y el 85 por ciento de la población. No es un peligro para las mujeres embarazadas y los niños (a diferencia de la gripe), su tasa de mortalidad es similar a la de la gripe o incluso más baja que la de los coronavirus que aparecieron en 2003 (10 por ciento) y 2012 (30 por ciento). 

Zelmat añade que el sistema hospitalario de los países no está en absoluto desbordado porque la saturación “solo concierne a muy pocos hospitales y esto puede evitarse adoptando medidas razonables para gestionar esta epidemia como hemos indicado y como ha hecho Suecia”. 

El autor recomienda que la OMS sea investigada y se someta a una reforma radical, añadiendo que “el confinamiento es verdaderamente la estafa sanitaria del siglo XXI”. 

En medicina, concluye Zelmat, el aislamiento, la cuarentena y el confinamiento de la población general no solo son herejías (ya que no existen en la medicina, la epidemiología, la infectología o la salud pública) sino que no se basa en ninguna prueba científica. 

“En medicina no podemos y no tenemos derecho a implementar un tratamiento o una medida preventiva si no se basa en pruebas”, afirma. El confinamiento es muy peligroso para la salud, la economía, la educación y la paz. Los gobiernos deben escuchar a los verdaderos expertos (que anteponen la salud pública a los intereses privados), detener inmediatamente todas las medidas de confinamiento y reabrirlo todo (economía, servicios médicos hospitalarios, educación, etc.), porque nada en este virus lo justifica. 

Cada año el virus de la gripe infecta a 1.000 millones de personas en todo el mundo y mata a 650.000, y la tuberculosis, que se encuentra entre las diez principales causas de muerte en todo el mundo y es mucho más contagiosa (un paciente no tratado puede infectar a 10 o 15 personas), causa 10,4 millones de casos y mata a 1,8 millones de personas. 

Casi todos los países del mundo han respondido al coronavirus utilizando una medida, desconocida hasta entonces en la medicina. Es la primera vez en la historia de la humanidad que ocurre un confinamiento de estas características.