A lo largo de la historia del pueblo colombiano hemos vivimos gobernados por los mismos colonizadores y sus descendientes, estas familias en su sangre llevan sed de avaricia, venganza, violencia y represión, esto lo hacen con el fin de conseguir beneficios particulares y siempre han dejado de lado, las verdaderas necesidades de nuestro país.
Somos hoy en un día un país anóxico, porque lo que nos da vida como país, lo saquean nuestros dirigentes, los grandes doctores y eminencias se roban anualmente un promedio de 50 billones de pesos; lo que hace a Colombia el cuarto país más desigual del mundo (según el índice Gini). Lo más curioso en este caso, es que el mismo pueblo es quien elige a aquellos que los desangra, por generaciones familias enteras se perpetúan en el poder, y de esa forma se convierten en una especia de villanos “salvadores” (villanos: porque son los que más han robado nuestro país, salvadores: porque los elegimos una y otra vez con la esperanza que resuelvan nuestras problemáticas).
Desde mi forma de entender dicha situación, en Colombia la corrupción se viene dando en mayor proporción desde 1948, donde ocurrió el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, acto que generó la creación de un movimiento armado, para vengar la muerte del caudillo. Fue en ese justo momento que el país se dividió, entre, los que estaban a favor de esa venganza y los que no. Causalmente en años siguientes en la capital se crearon 2 equipos de fútbol, uno rojo y otro azul, otra estrategia de división, ahora con pasiones deportivas de por medio.
Es sabido que un pueblo dividido es muy fácil de gobernar, entre los compatriotas no hay acuerdos, hay una permanente división y enfrentamiento por demostrar que partido político ha dirigido mejor el pueblo, de esta manera los dirigentes aprovechan esa situación para seguir robando y seguir realizando obras a medias.
En la actualidad vivimos aún más divididos, nos gobierna un señor sin la mínima experiencia en estos cargos, y la oposición es lidera por alguien que tiene la experiencia, pero sus votos no alcanzaron para postularlo en el poder máximo. El tema en este enfrentamiento es que la oposición acá en Colombia se hace pasar por un grupo de personas luchadoras y defensoras de los derechos humanos, que por ese perfil que tienen no cuentan con los recursos para poder conseguir la votación necesaria para llegar a la presidencia. Mientras que quien gobierna llegó con ayuda económica de diferentes sectores del país con gran poder adquisitivo, aparte quien nos dirige como presidente fue postulado por esos personajes que se han perpetuado en el poder, (acá los nombres no importan, analicemos el patrón de comportamiento, es el que se repite en cada país), sabemos que desde hace tiempo la política perdió su esencia y es vivida y gozada por quien cuenta con los recursos suficientes para manipular y comprar votos.
En el discurso político actual se dice que no existen posiciones centralistas que demos escoger sólo entre las posturas que hay estipuladas, o eres de izquierda o de derecha. Discurso que evidentemente promueve aún más la división. Es por esto que seguimos normal en nuestras vidas, cuando vemos que se roban 50 billones de pesos al año, cuando vemos que somos el cuarto país con mayor desigualdad del mundo.
Nosotros como pueblo debemos es recobrar nuestra identidad, Colombia es un país rico en agua, tierras, minerales y esto es sinónimo de riqueza, en nuestro país no debería haber hambre, no deberíamos tener uno de los salarios más bajos de Latinoamérica, deberíamos ser pilares en infraestructura, (vías, escuelas, universidades, hospitales, etc.). Pero en medio de esta problemática, ¿qué pasa con los que no nos sentimos identificados con las posturas de izquierda y de derecha que gobiernan? ¿Somos la minoría y por eso no deberíamos tener voz ni voto? Somos la minoría, SÍ y debemos hacernos sentir, con nuestras acciones, nada ganamos con enfrentamientos permanentes, un punto de vista no es impuesto, el punto de vista es adquirido y eso se hace de forma personal; en la medida que vayamos recobrando nuestra identidad como colombianos estoy seguro que cada día seremos más lo que pensamos diferentes, y como somos la minoría nuestras acciones deben marcar la diferencia.
Acciones como saber vivir en Comunidad = Común unidad, ser justo y equitativos a la hora de emplear, ser honestos y transparentes a la hora de realizar un trabajo, tener plena consciencia que el enfrentamiento por hacer prevalecer mi punto de vista, lo que genera es división y nuestros actos deben ir vestidos de equidad para poder generar la unión. Nada hacemos demostrando lo mal que nos están gobernando, sino tenemos una propuesta para mejorar dicha situación. Entender que las acciones no deben ir acompañadas de dinero para hacerlas realidad, las acciones deben ir acompañadas de trabajo, de esa manera se logran consolidar ideas, en la medida en que vayamos ejecutando nuestras acciones, vamos a ir encontrándonos con personas que hacen lo mismo y así es que se genera una verdadera fuerza de transformación, colocando nuestra voluntad en una acción colectiva.
Esta situación pasa en mi país, pero es una radiografía que se repite en cada rincón de la tierra; con este escrito no se va acabar la corrupción, tampoco acabaré con la desigualdad, lo que sí va a pasar es que se generará en cada uno de ustedes una pequeña reflexión que los hará tomar unas buenas decisiones, y éstas deben ir acompañadas de una gran voluntad para que logremos ir sumando fuerzas y así ir gestando ese mundo mejor, que en algún momento entre muchos que unamos fuerzas, vamos a ver nacer. Recordemos siempre esta ley universal…
“El corazón manda, el cuerpo ejecuta y el mundo obedece”
JUAN MANUEL POMBO CAMPO