6 de abril de 2020

Surfeando en la vida.


Uno de mis artes favoritos a lo largo de la vida ha sido el surf.
Y lo llamo arte y no deporte por el gran paralelismo que existe entre él y lo que se conoce como el arte de vivir.
Este arte como casi todas, supone y lleva implícita una gran carga espiritual. Pues su desarrollo solo se puede realizar bajo un contacto íntimo con la naturaleza. Y puede parecer que es un enfrentamiento directo con ella… pero no!  En realidad es un enfrentamiento con uno  mismo y con los miedos que cada uno alberga dentro de si.
Ese miedo que supone enfrentarte a algo tan vasto y tan imponente como puede resultar la mar.
Y es a partir de aquí donde me gustaría establecer el paralelismo que puedo percibir entre el arte de surfear el arte de vivir. El surf al igual que la vida, al inicio puede producir temor, e incluso agonía, pues te ves enfrentado a las fuerzas de las naturaleza sin opción de evadirlas si lo que realmente quieres es subir a la tabla y cabalgar la ola.
De igual forma nos pasa en la vida donde ella sería la mar ,la mano del creador la tabla y tu espíritu el surfista. ¿Qué tan dispuestos estamos a subir a la mano del creador y surfear la vida? Para lograr hacerlo hay que reunir una serie de condiciones. Al igual que el surfista que está totalmente dispuesto a cabalgar la ola, debe practicar día tras día y aprender a base de golpes, caídas y revolcones en el agua. El  surfista de la vida debe aprender a subir a la mano del creador y a base de intentos, golpes y caídas debe aprender a lograr el equilibrio interior que le permita mantenerse de pie sobre su mano en perfecto equilibrio en cada uno de los aspectos de su vida
Y ese es el reto para el hombre que busca la realización espiritual, vencer el miedo a la vida y surfearla con el equilibrio de quien se siente libre y confiado de estar en manos de quien más le ama, sabiendo que nunca el creador pondría ante ÉL un reto que no pudiera superar. A partir de aquí es cuestión de dejarse llevar por la ola de la vida, contemplar y aceptar desde el equilibrio interno todo lo que nos ofrece y agradecer desde lo más profundo del ser de quien se sabe libre, por cada instante que podemos estar sobre la tabla o mejor dicho la mano del creador.
A eso le llamo FE, al adquirir esa FUERZA ESPIRITUAL que permite subir sin temor a la mano del creador sabiendo que todo cuanto presenta ante ti es superable ,y que todo cuanto necesitas para aprender y seguir creciendo en el arte de vivir viene de Él
Por tanto enfrenta tus miedos, gana en FE y sube a la mano de  quien te creó , con la confianza de que una vez ganado el equilibrio jamás volverás a caer de su mano.

Por: Ronald Rivera

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