23 de junio de 2021

El Judaísmo y Su Origen POLITEÍSTA

La religión cristiana respeta y valora la religión judía, creyendo que la única diferencia es que ellos no consideran a Jesús como Cristo. Sabemos que el conocimiento libera y empodera al ser humano, y así mismo el desconocimiento lo somete y le hace entregar su poder e individualidad. Esto es lo que ocurre respecto al judaísmo, pues al desconocerlo, nos hacen creer que el pueblo de Israel servía al padre de Jesús, siendo está una doctrina básica de la religión cristiana. Pero los israelitas, igual que todos los pueblos de la historia, fueron también engañados por estos seres que se hicieron pasar por Dios para someter a los hombres con castigos, terror y muerte.


Esta realidad no se percibe por el cristiano religioso, a pesar de ser evidente, incluso en los escritos del documento bíblico, libro sagrado del cristianismo. Los cristianos desconocen por ejemplo que, en los tiempos de la historia bíblica, los dioses que tomaron pueblo para sí (Israel fue la porción que le tocó a Jehová/Yahvé - Deut.32:9), se enfrentaban con sus ejércitos de humanos para establecer su superioridad frente a otros dioses.

Es así como el 586 antes de Cristo, Nabucodonosor (Representante del dios Marduk) abatió, saqueo y conquistó a los israelitas, desterrándolos y destruyendo su templo, para hacer desaparecer junto con el pueblo, a su religión y a su dios Yahvé (Jehová). Y es que en aquellos tiempos en Oriente, un Dios y su pueblo eran considerados una misma entidad. Esto se establecía con alianzas y pactos qué consistían en ofrecerle cultos y sacrificios a ese dios, a cambio de protección de hambres y catástrofes, o en muchos casos, de otras tribus y sus dioses.

Y es que Las Guerras en ese entonces, no eran sólo entre ejércitos de países, sino un enfrentamiento entre dioses. Es así como los babilonios no conquistaron a Israel en nombre de su Rey Nabucodonosor, sino en nombre de su Dios Marduk. Era así como estos dioses enfrentaban sus estrategias de batalla, enfrentando a los pueblos entre sí, como cuando Yahweh (Jehová) ayudó a los israelitas a vencer a los filisteos, demostrando que su estrategia de guerra era superior a la de su dios, Dagón. Por tanto, la conquista de un pueblo, llevaba implícita la culminación de su religión e identidad como nación.

Pero los israelitas no aceptaron la derrota de su dios Yahweh, y surgió una nueva percepción de lo que ocurría: consideraron la derrota como un castigo de su Dios Yahweh, e incluso consideraron la posibilidad de que Marduk ni siquiera existiese. Y es que los israelitas han demostrado un gran ingenio para sincretizar su adoración. Sin embargo, sus escritos dejan en evidencia la adoración de al menos dos dioses de orígenes y características diferentes. El mismo pentateuco (Torá), demuestra una fusión de al menos dos historias, como el caso de la creación de la humanidad descrita en el Génesis: el capítulo uno, la describe como una creación simultánea del varón y la hembra, como soberanos del mundo, pero el capítulo 2 la describe como la formación del hombre del polvo y luego la mujer de su costilla, siendo éstos sumisos a su deidad. También existen contradicciones en el intento de fusionar dos historias acerca del diluvio: Una, con 1 pareja de cada especie de animales y otra con 7 parejas; una con 40 días de diluvio y otra con 150; una en la que el diluvio comienza 7 días después de que Noé entra en el arca, y la otra que comienza inmediatamente después (Leer Génesis 6 y 7).



Los biblistas coinciden que hay al menos 4 fuentes distintas que alimentan los primeros libros de la Biblia, de los cuales resaltan dos deidades: Yah (Yahweh) y El (Elohim). Los escritos Elohistas nombran al Sinaí y como Monte Horeb y a los cananeos como amorreos. Esta deidad suele revelarse en sueños y visiones, es un poco distante, apacible y paterna. Para los cananeos, era el padre de sus dioses Anat, Astarte y otros más, siendo su consorte, Asera. Sin embargo, después de 400 años de esclavitud del pueblo de Israel, Moisés conoce en el desierto a una deidad más guerrera, que busca justicia (venganza) hacia el opresor, y que ofrece igual que EL, tierras y una vida materialmente abundante.

Esta oferta fue aceptada por el pueblo israelita, que antes había representado a EL (Elohim), con forma de toro o becerro. La oferta de esta deidad nueva (Yahweh) era muy atractiva, sin embargo, en un momento de debilidad, vuelven a invocar en el desierto a su becerro de oro, lo cual desata la ira de Yahweh/Jehová. Esto demuestra que los israelitas no eran monoteístas como muchos creen. SIn embargo, luego de la esclavitud de Egipto, las torturas del desierto y las victorias conseguidas mediante masacres sangrientas a otros pueblos, fijaron a Yahweh/Jehová como el Dios más influyente, al cual los israelitas eligieron como representante idóneo debido a sus características militares, egoístas, ambición desmedida de poder, entre otras. Es así, como se decide fusionar estas dos deidades más influyentes EL y YAH, con el nombre de este último y los atributos de ambos. Se le erigió un templo, se le ofreció culto sacrificios, adoración, etc, con lo cual se le dio la misma divinidad y relación que Marduk, Amón Ra y otros dioses tenían con sus pueblos. Pero no por esto los israelitas desconocían a las otras deidades, sino que reconocían a Yah-El como el dios de su nación (Éxodo 15:11).

Y es así, como después de la derrota de Israel frente a Babilonia (Yah-El vs Marduk), aparece el judaísmo, como una estrategia religiosa para que Israel como nación no se diluya. Incluso el material bíblico de las tradiciones yahvistas y Elhoístas, fueron reelaboradas y reescritas por los sacerdotes deuteronomistas para reflejar la visión de un solo Dios. Un Dios que enmarcaba las características de todos los dioses, que perdonaba y castigaba, que producía la llaga y la sanaba, que hacía el bien y el mal, que tenía emociones humanas, que no tenía forma humana pero que creó al hombre a su imagen.

Y es que esta era la mejor forma de que este dios pudiese encajar en todas las situaciones y en todos los tiempos que Israel vivía, a tal punto que cuando se creó la religión Universal (Católica) se incluyó a este dios que fue homicida desde el principio y padre de mentira, y que fue denunciado por el mismo Cristo, y sin embargo, le atribuyeron su paternidad.

Esta es la ceguera de la Religión. Esta es la verdad con la cual Cristo nos quiso liberar cuando dijo conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.

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