Enseña la Helmintología -rama especializada
de la Parasitología-, que se nombran como Planarias, a una clase de parásitos conocidos
como gusanos planos, que además son hemafroditas, es decir, le apuntan a dos (o
quizá más) corrientes políticas con tal de asegurarse en el poder. Adicional a
esto, cuando las Planarias se cortan en trozos, tienen la capacidad de
reinventarse en otro ente completamente formado; lo que demuestra la habilidad
que tienen de multiplicarse en partidos políticos exactamente iguales en los
modus operandi de sus mañas. Habitan en ambientes fluviales, marinos y
terrestres húmedos; por ello se explica que dichos parásitos hayan infestado a
todos los ámbitos del país, para saquearlo de manera inmisericorde, con todo el
boato de su vacuidad.
Las más graves consecuencias
que traen para la salud son: lesiones cerebrales; que provoca amnesia colectiva
e inhibe la capacidad de pensar, por ello son reelegidos a pesar de su
inicuidad, ceguera; que evita a muchos ver la corruptibilidad del gusano y advierte
la hilaridad patológica con que absuelven del delito a sus verdugos y,
convulsiones; que tornan a la gente en obsecuentes zombies del usurpador.
Para
las próximas elecciones al Congreso de la República, los colombianos tenemos la
oportunidad de empezar a ponerle fin a esta perdurable infección, al
identificar, con la disección necesaria, entre los 2957 candidatos a Senado y
Cámara (1886 hombres y 1071 mujeres), cuáles de ellos aspiran a seguir
parasitándonos y cuáles son verdaderamente útiles y próvidos a los intereses
del país.
Afortunadamente
contamos con algunas claves para identificar la presencia de estas Planarias
que nuevamente acechan y así evitar que vuelvan a proliferar en el Congreso: quienes
votaron positivo la reforma tributaria y la ley ZIDRES, quienes convirtieron la
salud en un mercado de la muerte y a los pacientes en víctimas, quienes han
apoyado los TLC y la megaminería, quienes no apoyaron la disminución del sueldo
parlamentario, quienes estuvieron ausentes para no aprobar la ley contra el
ausentismo, quienes tienen vínculos o son herederos de la parapolítica y la
farcpolítica, quienes no están comprometidos en apoyar la Consulta Popular
Anticorrupción, quienes están avalados por los partidos implicados en lo de
Odebrecht, Reficar, Agro Ingreso Seguro, el cartel de la toga, entre otras lamentables
pistas. Estimado elector, consulte estos casos, no vaya a ser que elija, sin
saberlo, a un candidato gusano.
Por
el bien de Colombia, es imperativo derrotar en las elecciones del 11 de marzo, no
solo a los gamonales electoreros, sino a las estructuras politiqueras que
propician la corrupción en total connivencia con el delito, cuyas bancadas han
vendido siempre el país al peor postor y entregado nuestros recursos vitales:
el agua, la tierra, el agro, los páramos, la semilla limpia, la fauna y la
flora endémicas. Así las cosas, urge cambiar el mapa político del país,
liberarlo de la hegemonía de esas estructuras partidistas que son las responsables
seculares del desastre nacional que padecemos.
En la
acción del sufragio y no en la abstención, está la posibilidad de dicho cambio.
Como lo está en el hecho de que siempre será preferible controvertir sin
violencia a la (sin s) FARC en las
calles, confrontarla con argumentos sobre el anacronismo de su causa en los
debates públicos y derrotarla en las urnas, que repelerla en el monte a sangre
y fusil, donde ningún gobierno pudo derrotarlas. Por lo menos, tendremos la
posibilidad con nuestro voto, de evitar que la Farc llegue al Congreso, pues
tienen candidatos visibles, cosa que no pudimos evitar cuando los paras, en
plena guerra, se apoderaron de esta Institución a partir de 2002, agazapados en
sus candidatos testaferros.
En
fin, estas Planarias lo son de la peor laya, llegó el momento de aplicarles un
antiparasitario letal: el votus conscientys, como el primer
antídoto para limpiar el país y extirpar los parásitos enquistados en la
Plenaria Parlamentaria.
PD: La
Consulta Popular Anticorrupción, iniciativa liderada por el Partido Alianza
Verde, no se votará el 11 de marzo; pues primero el Senado decidirá si la avala
o no, en caso de hacerlo, es probable que la consulta sea votada en las
elecciones presidenciales de mayo o de junio.
Por:
Arturo Velásquez
Consultor Internacional de Organizaciones Sociales.
Investigador.
Por:
Arturo Velásquez
Consultor Internacional de Organizaciones Sociales.
Investigador.
Excelente artículo, descripción de una realidad nacional que podremos cambiar en las próximas elecciones, votando en consciencia para aplastar a las planarias.
ResponderBorrarFalto decir que cada uno de estos parásitos no tienen visión de una política sostenible ya que sus cerebros no tienen capacidad de proyección en el tiempo sino que piensan de manera inmediatista, llevandose por delante el futuro de las nuevas generaciones.
ResponderBorrarGracias por ese humor negro, que nos permite reconocer y entender uno de los grandes males de esta nación, que alimentamos nosotros los ciudadanos del común, en días que como hoy de elecciones, se nota mas cuandovuelven a arrasar en votaciones los partidos tradicionales de este pais
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