Chesterton
Un sobrino del sórdido Freud, Edward Bernays, quien fuera asesor del
Departamento de Defensa de los Estados Unidos y de la Cía, es el creador de las
Relaciones Públicas, el genio de la falsa información creíble. En su libro “Propaganda”, publicado en 1928 plasmó: “…nuestras mentes son moldeadas, nuestro
gusto formado por hombres de los que jamás hemos oído hablar, aquellos que
manipulan. Este oculto mecanismo de la sociedad constituye un gobierno
invisible que es el verdadero poder al mando de nuestro país”.
El sustrato de su postulado plantea que el mecanismo para moldear mentes
y formar gustos no es otro que la generación de una percepción falsa, el direccionamiento
intencionado que apunta a generar un sesgo de opinión a favor de un interés
particular.
Siguiendo tales guiones, el histórico discurso oficial preconizó por
generaciones que Estados Unidos es el país de las libertades y de la democracia
robusta, la tierra donde la tiranía, la autocracia y el autoritarismo no tienen
cabida alguna; y sobre tal percepción cimentaron un intervencionismo demencial
y genocida -al peor estilo de cual Imperio Romano moderno- en cientos de países
y regiones del mundo so pretexto de instaurar, restaurar o conservar la
democracia, según el caso.
Pero nunca antes en la historia republicana de los Estados Unidos, unas
elecciones presidenciales como las de este 2020, habían desnudado de manera tan
contundente la falsa democracia de ese país como su deplorable, débil y corrupto
sistema electoral. La del país “ejemplo” y gendarme del mundo, es una
democracia restringida, indirecta y nada popular; pues sus ciudadanos ven
cercenada la posibilidad de un pluralismo político al tener que elegir sólo
entre dos partidos oficiales desde el siglo 19 y a conformarse con que su
propio presidente no lo elija el voto popular, sino la burocracia del voto
indirecto (Colegio Electoral) que direccionan las grandes corporaciones.
También nos percatamos que su sistema electoral es quizá el más
cuestionable y corrompible del mundo, o por lo menos el que mayor desconfianza
genera, cual cualquier republiqueta ya sea latina, asiática o africana de
Estado fallido, a las que, en otrora, el gigante de América, dio cátedra de
derechos, libertades y transparencia.
Esa percepción de un sistema falsamente reputado de democrático la vemos
en cómo el entramado tras la sofisticada y poderosa red de financiación para la
causa progresista (regresista) en los EU, que tiene como histórica plataforma
política al partido Demócrata, carburó al máximo su gran Leviatán en el afán de
llevar a Biden a la Casa Blanca.
La mentira de la percepción, tan hábil mecanismo de distorsión de la
realidad, encaja sin pudor en las mentes a un Biden bonachón como el presidente
electo más votado en la historia de su país. Nada cuentan los medios sobre el
pasado racista (promotor de leyes segregacionistas), misógino y genocida del
exgobernador, exsenador y exvicepresidente, como tampoco que los millones de
votos que le atribuyen no fueran dados por los ciudadanos sino creados y
digitados por un algoritmo cuyo dueño corporativo está vinculado a la Fundación
Clinton, a Nancy Pelosy y qué raro, muy cerca de George Soros.
Es curioso advertir cómo el mass media ha convencido a millones de
incautos, quienes además no se documentan, que el mundo se hastió de un Trump
guerrerista y que urge el momento de un pacifista abuelo Biden. Pero muy pocos
se percatan que es otro el acontecer: un Trump que detuvo las guerras en siete
países que heredó de la Administración Obama-Biden y un Biden experto en
promover el negocio geopolítico de la guerra en calidad de agente del CFR junto
a su misántropo socio Henry Kissinger; convirtiéndose así en un dúctil alfil
del complejo militar industrial especialmente durante las administraciones
Nixon, Reagan, Clinton y por supuesto, Obama.
Tampoco los medios ni los motores de búsqueda de las redes sociales, dan
el crédito objetivo, ni mucho menos la difusión que merece, a sendas
investigaciones de verdaderos periodistas que han expuesto la verdad, como
Carlos Esteban, Maibor Petit, Marcial Cuquerella, Eli Pariser o el lúcido y
probo Nicolás Morás. Verdaderos precursores del análisis, la opinión y la
verdad, de quienes seguro muchos nunca han oído hablar.
Y en estricto honor a la verdad que tales valientes pregonan y además
siendo necesario despojarse de la venda de la inocencia, es vital no caer en el
juego secular de la adhesión divisionista a poder alguno, pues exponer sin
titubeos la verdad sobre Biden y el poder profundamente oscuro que él
representa, no implica una apologética de Trump; ambos son prosélitos de dos
vertientes distintas que está haciendo clara y patente la fuerza
política de una misma Organización que espera gobernar el mundo. Su pugna radica en si
gobernarlo bajo el proyecto Nueva Babilonia o bajo el proyecto Nueva Jerusalén
impuesto desde Washington, en el que gane quien gane, perdemos nosotros como
humanidad.
Pero definitivamente, en la mayoría de los casos los seres humanos preferimos
TENER la razón, que CONOCER la verdad, por ello, no somos libres. Nuevamente se
demuestra la enorme capacidad de influencia que el gobierno mundial en la
sombra (La Mancha), no solo tiene
sobre la débil y dócil psicología de las masas, sino sobre los individuos en
particular; la facilidad con la que sus pueriles medios de desinformación -y la
edición algorítmica de sus redes sociales, que deciden por nosotros lo que
pensamos y leemos-, domeñan e insertan falaces realidades en las muy moldeables
mentes humanas.
La puja por el salón oval puede desencadenar una guerra civil de
dantescas proporciones en los Estados de la Unión y esto es delicado si
recordamos aquel hegemónico aforismo: cuando Estados Unidos estornuda, el mundo
se resfría.
Por:
ARTURO VELÁZQUEZ
Excelente análisis que deja la puerta abierta para profundizar y así descubrir toda la manipulación que se gesta gracias a la inocencia y conformismo de nosotros como humanidad. Mil gracias
ResponderBorrarLa humanidad observa con vista ignorante de estos hechos lamentables olvidando tener la razón con el corazón y enterarse de la triste verdad
ResponderBorrarGracias portan valiosa información
ResponderBorrarexcelente mensaje
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